El SARS Cov-2, es un virus principalmente respiratorio, responsable de la enfermedad denominada COVID-19.
Con el paso de la pandemia, se han visto múltiples variantes en su presentación clínica.
La definición de caso sospechoso, al igual que para muchos otros virus respiratorios, se concentra en la presencia de síntomas cardinales como: Fiebre, tos, dolor muscular, disnea (falta de aire), astenia (cansancio), anosmia y ageusia (pérdida de olfato y gusto).
Es de considerar que ninguno de estos síntomas se expresa en el 100% de los pacientes y como tal no son excluyentes.
Los estudios iniciales se centran en el análisis de sangre con presencia de alteraciones en el recuento de glóbulos blancos (que van desde una clásica linfopenia hasta la leucocitosis) y el aumento de parámetros relacionados al síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (LDH, ferritina, etc). Esto junto a un estudio por imágenes pulmonar (Radiografía, Tomografía y/o Ecografía pulmonar) hacen en general el diagnóstico clínico de la enfermedad. Luego se confirmará el diagnostico etiológico con el estudio viral a través de una PCR (estudio de amplificación de una secuencia genómica del ARN viral).
Si bien los casos más graves derivan en neumonía, insuficiencia respiratoria, síndrome de distress respiratorio y complicaciones cardiovasculares (como eventos trombóticos y falla cardiaca), hay presentaciones clínicas con manifestaciones cutáneas. Las mismas pueden ser manifestaciones primarias de la enfermedad o evidenciarse durante el transcurso de la misma, en general de aparición relativamente tardía.
Gracias a las experiencias en Europa y Asia, podemos saber que aproximadamente el 20% de los pacientes sintomáticos presentan alguna expresión cutánea, junto o no a los síntomas cardinales previamente mencionados. No obstante, es difícil independizar estos hallazgos de probables reacciones cutáneas farmacológicas (farmacodermia), ya que como es sabido, se utilizan numerosas drogas de alto potencial toxicológico y con numerosas interacciones farmacológicas, en el intento de controlar la enfermedad viral.
¿Cuáles son las manifestaciones cutáneas?
Las manifestaciones más frecuentes se pueden agrupar en 5 tipos:
• Eritema y/o edema acrales (pseudo sabañones) con pústulas y vesículas. Generalmente e presentan asimétricas y pueden afectar manos y pies. Pueden ser dolorosas y pruriginosas. Suele asociarse a enfermedad no severa y es de aparición tardía en la enfermedad.
• Vesículas (pequeñas ampollas) pruriginosas predominantes en tronco, a veces con contenido hemático. Pueden evolucionar a formas diseminadas y comprometer miembros. Este patrón pudo verse en etapas más precoces de la enfermedad y en pocos casos incluso previo a la aparición de los síntomas cardinales, suele asociarse a casos leves y moderados de la enfermedad.
• Urticaria, predominantemente en tronco. De aparición temprana en el curso de la enfermedad, pero en general junto a los demás síntomas y no antes. Esta presentación sí puede acompañar cursos más graves de la enfermedad
• Maculopápulas no urticariformes a veces de distribución perifolicular, pueden diagnosticarse como Pitiriasis Rosada. En algunos casos se ven lesiones purpúricas y menos frecuente lesiones tipo eritema multiforme. Estas lesiones, sobre todo purpuricas y de eritema multiforme, podrián asociarse a cuadros más severos de COVID-19. Aunque vale la pena mencionar que en esta serie de pacientes solo se vio un 2% de mortalidad global. Estas podrían tener en su génesis un origen vascular en el marco del estado protrombótico y de inflamación endotelial que genera el SARS CoV2.
• Lesiones de tipo Livedo o necrosis. Estos pueden presentar diferentes grados de enfermedad oclusiva vascular, incluyendo áreas troncales o acrales de isquemia. Si bien son las menos frecuentes, se asocian con las formas graves de la enfermedad que reportan fenómenos trombóticos multiorgánicos (micro y macro trombosis pulmonar, cardiaca, venosa profunda, cerebral) que son en muchos casos responsables de la fatalidad del COVID-19.
Como conclusión podríamos decir que la mayoría de las expresiones cutáneas asociadas al COVID-19 son de aparición tardía o de ser tempranas, en general con la enfermedad ya diagnosticada y la presencia conjunta de otros síntomas. En algunos reportes aislados de pacientes, hubo manifestaciones cutáneas previas a la aparición de síntomas, pero en general con posterior o concomitante cuadro febril.
Esto reafirma la importancia de consultar siempre a su médico/a dermatólogo/a ante la presencia de lesiones cutáneas, especialmente si son de aparición reciente y más aún en contexto de un cuadro febril.
NUNCA automedicarse ante un probable cuadro de COVID19. Menos aún con drogas en fase de investigación sin probada eficiencia y de potencial riesgo, sobre todo para la piel que suele ser el órgano más afectado por las reacciones farmacológicas.
Referencias:
1 - S. Recalcati. Cutaneous manifestations in COVID-19: a first perspective. doi:10.1111/JDV.16387.
2 - C. Galván Casas, A. Català, G. Carretero Hernández, et al. Classification of the cutaneous manifestations of COVID-19: a rapid prospective nationwide consensus study in Spain with 375 cases. doi:10.1111/BJD.19163.
3 – JD Bouaziz, T Duong, M Jachiet, et al. Vascular skin symptoms in COVID-19: a french observational study. doi:10.1111/JDV.16544
4 - Endothelial cell infection and endotheliitis in COVID-19. Published Online April 17, 2020. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30937-5
5 - J Helms, C Tacquard, F Severac, et al. High risk of thrombosis in patients in severe SARS-CoV-2 infection: a multicenter prospective cohort study. Intensive Care Medicine (2020); DOI: 10.1007/s00134-020-06062-x