El sudor es un líquido compuesto por agua, sales minerales y otras sustancias. En algunas ocasiones también está formado por sustancias aromáticas, ya que, tras comer ciertos alimentos, el sudor puede adquirir un determinado olor.
La transpiración es una función natural del cuerpo humano, que ayuda a la termorregulación corporal y permite eliminar parte del exceso de calor al evaporarse de la piel. Gracias a este mecanismo podemos realizar cualquier tipo de actividad independientemente de la temperatura exterior.
Esta capacidad de mantener la temperatura constante es exclusiva de los mamíferos y de las aves; el resto de los animales ven reducida su capacidad de adaptar su temperatura corporal, y están sujetos a las variaciones del ambiente. Además, el sudor tiene la utilidad de eliminar sustancias nocivas para la salud.
El cuerpo humano regula esta función mediante el metabolismo y varios mecanismos termorreguladores que ajustan los cambios de calor y frío del organismo. Las encargadas de producir el sudor son las glándulas sudoríparas que están coordinadas por el sistema nervioso simpático, que las estimula o inhibe según las necesidades.
Existen dos tipos de glándulas sudoríparas, distribuidas por toda la superficie corporal; las ecrinas y apocrinas.
Existe un tercer tipo de glándulas sudoríparas, las apoecrinas, que sólo están presentes en las axilas y comparten algunas caractecterísticas morfológicas y funcionales de ambos tipos de glándulas, la ecrina y la apocrina.
Glándulas Apocrinas
Se localizan en areolas, pubis, labios menores, prepucio, escroto, región periumbilical y perianal, conducto auditivo externo (glándulas ceruminosas), párpados (glándulas de Moll) y, a veces, en cara y cuero cabelludo.
Producen una secreción de función desconocida, que cuando se encuentra en la superficie cutánea, y se descompone por bacterias, actúa como feromona, que es una sustancia olorosa, responsable del olor corporal de cada persona. Estas glándulas tienen relación con la sudoración producida por causas emocionales como la ansiedad o el estrés. Se encuentran quiescentes en el neonato, apareciendo su secreción durante la pubertad. Tienen dos porciones, un glomérulo secretor y un conducto excretor. Los receptores androgénicos se expresan en el epitelio secretor de las glándulas apocrinas, en relación con su actividad secretoria. El glomérulo secretor se encuentra en dermis profunda o hipodermis y tiene forma de ovillo, y el conducto excretor, desemboca en el folículo por encima de la glándula sebácea.
Glándulas Ecrinas
Las ecrinas son las que tienen más participación en la termorregulación y se encuentran distribuidas por toda la piel excepto algunas partes del cuerpo como los labios o el conducto auditivo externo. Las zonas donde hay más glándulas de este tipo son el dorso de la mano y la yema de los dedos, donde podemos tener hasta 700 glándulas por centímetro cuadrado. En todo el cuerpo disponemos entre 3 y 4 millones de estas glándulas, capaces de producir cerca de 600 mililitros de sudor por hora si son sometidas a altas temperaturas, aunque en deportistas de alto rendimiento la cantidad puede ser mucho mayor.
Constan de dos segmentos, un ovillo secretor, y un conducto. El ovillo secretor está compuesto de tres tipos celulares diferentes: células claras (secretorias), células oscuras (mucoides), y células mioepiteliales.
Bibliografía:
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