Las quemaduras son lesiones de la piel y el tejido adyacente causadas por un agente físico, químico o biológico. El mecanismo del calor provoca desnaturalización de las proteínas, comprometiendo su metabolismo, llevando a la muerte celular. Se manifiestan desde un enrojecimiento hasta la destrucción total de las estructuras afectadas.
En Argentina, se considera que sufren quemaduras 190.000 personas por año. El 10% corresponde a quemaduras graves (G III) y críticas (G IV). Los adultos representan el 60% del total. Dos tercios de las quemaduras ocurren en el hogar.
La piel humana resiste sin dañarse temperaturas de hasta 44° C. Por encima de este valor se producen diferentes grados de lesión, directamente relacionados con la temperatura, con el tiempo de exposición al agente causal y con las características de la piel afectada, siendo mayor el daño, mientras más delgada sea la piel.
La piel indemne representa una barrera infranqueable para los microorganismos, pero la pérdida de este órgano tan importante, por efecto de una injuria permite la colonización, la infección y la invasión.
Las alteraciones locales causadas por la quemadura afectan primariamente a los plexos vasculares dérmicos y que, de acuerdo a su magnitud, pueden corresponder a vasodilatación que se traduce en eritema; aumento de la permeabilidad vascular que lleva a la formación de ampollas y exudación, y coagulación intravascular causando necrosis (muerte del tejido).
Las heridas por quemaduras son limpias al comienzo, pero rápidamente las bacterias endógenas y exógenas las colonizan.
En quemaduras de mayor gravedad se produce una respuesta sistémica, debido a la liberación de numerosas sustancias vasoactivas que entran a la circulación (catecolaminas, glucocorticoides, vasopresina, angiotensina, interleuquinas, etc). Estas alteraciones tienen su máxima expresión en el denominado gran quemado, término que se aplica cuando existe una extensa superficie quemada, en general mayor al 20%, produciéndose una desestabilización grave del medio interno que requiere medidas de tratamiento intensivo.
¿Cómo se clasifican?
De acuerdo a su profundidad:
1) Epidérmica (de primer grado o tipo A): Afectan la epidermis respetando la capa basal o germinativa. Se caracterizan por presentar eritema e hipersensibilidad. Cicatrizan espontáneamente.
2) Dérmicas (de segundo grado o tipo AB): Las quemaduras intermedias, tienen la característica de evolucionar según el grado de destrucción de la dermis.
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- Quemaduras intermedio-superficiales, en las cuales la piel se regenera a partir de los restos epidérmicos de los folículos pilosos. Cicatrizan en 7 a 14 días
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- Quemaduras intermedio-profundas, que por la mayor destrucción de la dermis evolucionan con profundización de las lesiones, presentan ampollas gruesas de líquido turbio, de base color rojo, dolorosas. Cicatrizan entre 15 y 21 días.
3) Hipodérmicas (de tercer grado o tipo B): La lesión se extiende hasta la hipodermis, con lesión de todas las capas de la piel. Son secas, indoloras, de color blanco nacarado, dorado, hasta negruzcas en la carbonización. Requieren auto injerto de piel.
4) Las quemaduras de cuarto grado serían, para muchos autores, aquéllas que afectan el tejido subcutáneo, músculo, fascia, periostio o hueso.
De acuerdo a su extensión y profundidad:
1) Quemado Leve: Quemaduras de hasta el 9 % de la superficie corporal. Ejemplo: uno de los miembros superiores.
2) Quemado Moderado: Quemaduras hasta el 18 % de la superficie corporal. Ejemplo: ambos miembros superiores o un miembro inferior completo.
3) Quemado Grave: Quemaduras mayores del 18 % hasta un 50 % de superficie corporal. Ejemplo: los dos miembros inferiores. O un miembro inferior y la parte anterior del tronco.
4) Quemado Crítico: Quemaduras mayores del 50 % de la superficie corporal
Lo que se debe hacer:
- Detener el proceso de quemadura quitando la ropa e hidratando las partes afectadas; extinguir las llamas haciendo rodar a la persona en el piso o cubriéndola con una manta, o bien utilizando agua para ayudar a apagar el fuego;
- Usar agua corriente fresca para reducir la temperatura de la quemadura; en caso de quemaduras químicas, remover o diluir el agente químico irrigando con grandes cantidades de agua;
- Dirigirse al establecimiento adecuado más cercano para que reciba atención médica.
Lo que no se debe hacer:
- No comenzar a brindar primeros auxilios antes de garantizar su propia seguridad (interrumpa la corriente eléctrica, use guantes de protección contra productos químicos, etc.);
- No aplicar pomadas ni aceites a la quemadura, ni usar algodón sobre esta;
- No aplicar hielo, dado que este solo profundizará la lesión;
- No romper las ampollas hasta que estas puedan ser tratadas por un médico;
- Evitar el contacto directo de la herida con cualquier tipo de tejido, dado que ello podría provocar una infección;
- No aplicar ningún tipo de medicación tópica hasta que el paciente haya recibido la atención médica adecuada.
Referencias:
- Organización Mundial de la salud (OMS). Quemaduras. Agosto 2017. www.who.int/es/
- Quemaduras. Conceptos para el médico general. Cuadernos de Cirugía, Vol. 17 N° 1, 2003, 58-63
- Sheridan R. Lesiones Térmicas. Fitzpatrick et al. Dermatología en Medicina General. Tomo 2, 852-858. 2009, 7° Ed. Panamericana.