Sol y Piel

Exposición a la luz solar

Exposición a la luz solar

El sol es fundamental para la vida y aporta muchos beneficios, sin embargo, un exceso de exposición conlleva riesgos muy concretos.

Es por ello que el sol hay que tomarlo en su justa medida y siempre con la protección adecuada.

La intensidad de la luz solar varía de acuerdo con:

1. La ubicación geográfica; los niveles de RUV (radiación ultravioleta) solar aumentan más cerca del Ecuador y a mayor altura;

2. La época del año; los niveles de RUV son más altos durante el verano, y ayudan a las personas a producir vitamina D, pero la exposición excesiva también puede causar quemaduras solares.

3. La hora del día; los niveles de RUV solar son más altos alrededor de la mitad del día cuando el sol está lo más alto en el cielo.

4. Las condiciones climáticas; los niveles de RUV solar se reducen por la capa de nubes, pero todavía pueden ser lo suficientemente intensos como para causar quemaduras solares (incluso si no hace calor).

5. La luz del sol se refleja en superficies como la nieve, la arena, el hormigón y el agua. Esto puede aumentar el riesgo de quemaduras solares y daños a los ojos, incluso en áreas sombreadas.

6. Los rayos UVA penetran en el vidrio (aunque son más débiles que la exposición directa) y durante largos períodos de tiempo, la exposición causará daño a la piel. Sin embargo, los rayos UVB inductor de vitamina D no pasan a través de vidrios.

Cómo minimizar los riesgos y maximizar los beneficios de la exposición a la luz solar:

- El índice UV proporciona un indicador de la fuerza del sol para una zona, una fecha y una hora determinadas. Esta información, combinada con el tipo de piel y el cuidado, se puede utilizar para evaluar el riesgo de quemaduras solares.

- Las personas que optan por exponer su piel a la luz solar intensa para aumentar su nivel de vitamina D deben tener en cuenta que la exposición prolongada, es poco probable que proporcione un beneficio adicional. Es suficiente exponer áreas de piel comúnmente descubiertas, como los antebrazos y las manos, por períodos cortos.

- La exposición excesiva a los rayos UV es una causa importante y evitable de cáncer de piel. Las tasas de incidencia de cáncer de piel (melanoma y carcinomas) han aumentado en los últimos 30 años. Además, el sol puede generar la aparición de eritema (enrojecimiento de la piel expuesta al sol que precede a la quemadura), quemaduras de diverso grado, cataratas y otros trastornos de la vista, y envejecimiento prematuro de la piel.

- La protección contra el sol se puede lograr cubriéndose con ropa adecuada, buscando sombra y aplicando protector solar. La ropa adecuada incluye: un sombrero de ala ancha que sombrea la cara, cuello y orejas, una camiseta de manga larga y pantalones o faldas largas en telas de tejido cerrado que no permiten el paso de la luz del sol. También gafas de sol envolventes o de brazos anchos (para proporcionar protección lateral). Los niños menores de 6 meses de edad deben mantenerse fuera de la fuerte luz solar directa.

- La cantidad de protector solar necesaria para que el cuerpo de un adulto promedio logre el Factor de Protección Solar (FPS) indicado, es alrededor de 30 ml. o 6 a 8 cucharaditas de loción.

Si el protector solar se aplica demasiado diluido, la cantidad de protección que proporciona se reduce (para ejemplo, alguien que usa muy poco SPF15 solo puede estar logrando alrededor del nivel SPF5 de protección o menos).

Aclarando los conceptos erróneos comunes sobre la exposición a la luz solar, es importante:

- Incluso si está frío o nublado, es posible quemarse, sobre todo en verano.
- No hay una forma segura o saludable de broncearse con la luz del sol.
- No es posible obtener suficiente vitamina D al sentarse junto a una ventana soleada cerrada.

Vitamina D:
La vitamina D es una vitamina liposoluble, un micronutriente esencial, y una hormona involucrada en un complejo sistema endocrino que regula la homeostasis mineral, protege la integridad del esqueleto y modula el crecimiento y la diferenciación celular en una amplia variedad de tejidos.
También tiene posibles beneficios en la reducción del cáncer, en la función muscular, en el sistema inmune (fortalece el sistema inmune innato y ayuda así a reducir el riesgo de infecciones bacterianas y virales), en las enfermedades cardiovasculares, en el sistema metabólico o incluso en la reducción de la mortalidad.
La principal fuente de vitamina D proviene de la exposición de la piel a la luz solar. Sólo una pequeña parte proviene de la ingesta. Está presente en pescados grasos, en la yema de los huevos, carne y en algunos alimentos fortificados (algunas leches, jugos, cereales).
Normalmente, el déficit de vitamina D se asocia a exposición al sol inusualmente baja, combinada con ingesta pobre de alimentos que la contienen o procesos que cursan con malabsorción de las grasas. 

Los factores que pueden influir en los niveles de vitamina D son:

• La exposición solar. Se deben tener en cuenta diversos aspectos además del tiempo de exposición, como son: la estación del año (se estima que los niveles de vitamina D descienden un 20% desde finales de verano a pleno invierno), la latitud (en áreas por encima de los 40º de
latitud, generalmente no se alcanza este umbral en invierno y debe almacenarse suficiente vitamina D durante el resto del año), factores climáticos como la nubosidad y la contaminación. También influyen la superficie corporal expuesta y la protección solar.
La pigmentación de la piel es uno de los factores más importantes, ya que afecta al tiempo necesario para producir vitamina D; así, los individuos de piel oscura necesitan entre 3-4 veces más de exposición solar para alcanzar los mismos niveles de vitamina D que los de piel clara.

• Las enfermedades asociadas con malabsorción de las grasas como la celiaquía, la enfermedad inflamatoria intestinal, la insuficiencia pancreática, la fibrosis quística o la colestasis hepática se asocian con concentraciones séricas bajas de vitamina D.
• La administración de determinados fármacos como los antiepilépticos (ej. fenobarbital, fenitoína), rifampicina, antirretrovirales o corticoides a largo plazo, se ha asociado también a niveles bajos de esta vitamina.
El nivel establecido como nivel de corte es de 30 nanogramos por mililitro (ng/ml) como suficiente, y valores entre 21 y 29 ng/ml reflejan un déficit relativo.

La Cantidad Diaria Recomendada (CDR), se define como la dosis mínima que se debe consumir de un nutriente para mantenerse sano.

La CDR de la vitamina D es:
• 400 UI/día para menores de 1 año, 
• 600 UI/día para edades comprendidas entre 1 y 70 años, incluidos
embarazo y lactancia,
• 800 UI/día para adultos mayores de 70 años.

Referencias:

1. Grant WB. Benefits of ultraviolet-B irradiance and vitamin D in youth. Journal of Steroid Biochemistry & Molecular Biology 136:221– 223. 2013.
2. Vitamina D: evidencias y controversias. INFAC. Volumen 20, Nº 2. 2012.
3. Sunlight exposure: risks and benefits. NICE guideline. February 2016.

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